Amistad, es una palabra que muchos han intentado definir, nosotros la vivimos. Ese punto donde la amistad se convierte en fraternidad, en simbiosis, eso es Madriana.  Muchos dirán que este sitio es un punto de arrogancia infinita, así es, es una bonita descripción. Ese punto donde dos muchachas de mundo y maravillosamente simpáticas se unen para compartir con ustedes sus andanzas, sus teorías, sus anécdotas y proyectos, porque Madriana es una fuente ilimitada de "papaloteadas" que desembocan en un sin fin de novedades, chismes y buenos momentos. 

¿Cómo fue que comenzamos a hacernos fans de Madriana... Aquí encuentran mil razones para entenderlo, después de mirar todo esto desearán que en la vida se topen con una amistad así y finalmente se sentirán verdaderamente afortunados de ser testigos de la travesía de este magistral Dúo Dinámico. 

Adriana, tapatía de nacimiento, ciudadana del mundo, aventurera, musa, ingrediente presencial del arte, ligera, impulsiva. Maestra de las profundidades que se viven en una máscara superflua para que tan solo aquellos valientes la descubran. Ocurrente, fresca, determinante juez que define todo lo que vive en la bajeza del universo. Dócil a la sabiduría, humildemente le brota a cada minuto de los labios. Una de esas personas que al igual que yo encuentra placentero gastar en cosas que el resto llamaría tonterías. Con corazón de poeta y sed de científica. La encontré cuando quería aprender justo todo lo que ella podía enseñarme. 

Mariana, mejor conocida como la Mari Marometas, provinciana de corazon, disque dice ser tapatia pero aun tiene ese empuje de la gente de pueblo de querer salir y conocer todo lo que esta fuera. Compañera fiel, pocha  y chola, Fotografa chingonaza, escritora perrona, todo gracias a su locura y que la dejaron caer cuando era bebe, cuando era niña la estamparon en los postes y cuando fue adolescente la cachetearon, tantos golpes la dejaron malita y por eso no se entiende con el mundo, lo bueno que yo desde nacimiento sali malita y entonces nos encontramos. Once you go Maris you never go back.